En defensa de la poesía – Percy B. Shelley

Considerado uno de los tres autores “Románticos” de Inglaterra del siglo XIX, junto a John Keats y George Gordon- Lord Byron, Percy Shelley pertenece realmente a una categoría aparte.

Percy B Shelley fue un escritor inglés famoso por obras como “Ode to the West Wind” y “Ozymandias”, “To Sophia” y menos conocido por “A Defense of Poetry”. Hace más de una década que encontré a este autor por primera vez al llegar a Inglaterra de mochilazo con un amigo y al ensayo poco después, a través del Schiller Institute. En su momento no le dí mucha atención al poeta ni a su mensaje. He tenido que volver a leer el texto para recordar que la poesía, más que ser un complemento estético de la vida, es el verdadero motor de las revoluciones en la historia.

Percy B. Shelley

Pero, ¿de qué o quién necesita defensa? Comencemos a un nivel superficial y personal. En mi propia vida formal educativa, la poesía nunca tuvo un lugar prominente. Creo no estar solo en esto. Amigos y conocidos compartían este yugo pedagógico, al menos que fuera impulsado por un familiar o un profesor influyente. En general cualquier tipo de creación literaria escrita tiende a verse como inutil o no practico para la vida “moderna” o quizá para un país en vías desarrollo como México. No es sorpresa que los índices de lectura en América Latina ->ver Muchos libros y poco tiempo<- indiquen que no solo leemos 2.9 libros al año sino que la intención de hacerlo es para extraer información. Osea que leemos porque es práctico (o nos obligan) pero pocas veces para encontrar inspiración, por el placer mismo.

Tendríamos que des-aprender esta lección lo más antes posible. Como de manera sublime lo elaborara Shelley, NO HAY NADA MÁS ÚTIL Y BELLO QUE LA POESÍA (perdón por gritar pero hay que hacer énfasis y las negritas no aplican)

Entrando en materia, en segunda instancia Percy B. Shelley estaba defendiendo a la poesía de manera directa.

Defendiendo…pero ¿De que?

Shelley escribió ‘A Defense of Poetry’ en 1821 en respuesta a un ensayo escrito por su amigo Thomas Love Peacock. En ‘Las cuatro edades de la poesía’ argumentó que la poesía superaba los requisitos en la era moderna, porque los descubrimientos científicos y tecnológicos la habían hecho innecesaria. Podemos obtener todas las maravillas que necesitamos de la ciencia. Argumentando desde una posición utilitarista, Peacock sugiere que la poesía es menos útil para el hombre moderno que en épocas anteriores. En pocas palabras: “estamos tan desarrollados y la ciencia arroja todas las respuestas que no es necesario perder el tiempo con cosas abstractas y chaquetas mentales”

Thomas Love Peacock

La división entre cuerpo y alma (a la Descartes) se acentuaba más debido a que la ciencia nos hacía entender que el ser humano no es más que un cúmulo de carne y huesos. Bajo esta luz, la poesía nos quita el tiempo que podemos invertir en seguir persiguiendo el placer del cuerpo y continuar evitando el dolor inevitable de la existencia.

Aunque de manera menos directa, probablemente tenemos ahora una voz milenial que susurra a nuestros oídos cuando queremos adentrarnos al mundo de la poesía y pensamos: ¿No deberíamos estar haciendo otra cosa, digamos más práctica?

A los amantes de la lectura no hay que convencerlos de nada de esto, pues adoran leer y dejan su imaginación llevar, perdiéndose en ella por horas sin fin. Percy B. Shelley se refería a un nivel inmensamente superior. La Poesía (con la P grande) ha creado e impulsado las ciencias, el lenguaje y nos ha hecho mejores personas.

La defensa

“El heraldo más infalible, compañero y seguidor del despertar de un gran pueblo para obrar un cambio benéfico en opinión o institución, es la Poesía. En tales períodos, hay una acumulación del poder de comunicar y recibir concepciones intensas y apasionadas respecto al hombre y su naturaleza. Las personas en quienes reside este poder pueden a menudo, en lo que se refiere a muchas partes de su naturaleza, tener poca correspondencia con ese espíritu de bien, del que son los ministros. Pero incluso mientras lo niegan. . . ellos pero obligados a servir al poder que se asienta sobre el trono de sus propias almas”

Shelley sostiene que la poesía refleja el mundo real. En los primeros días de la civilización, los hombres “imitaban los objetos naturales”, observando el orden y el ritmo de estas cosas, y de este impulso nació la poesía. La razón y la imaginación son ambas facultades importantes en el poeta. La razón, nos dice, es pensamiento lógico, mientras que la imaginación es percibir cosas y darse cuenta de las similitudes entre las cosas Es a través de la razón, pero también a través de la imaginación, que podemos identificar la belleza en el mundo, y de tal percepción o realización se hacen grandes civilizaciones. Los poetas, entonces, son los creadores de la civilización misma.

“Pero los poetas, o aquellos que imaginan y expresan este orden indestructible, no son sólo los autores del lenguaje y de la música, de la danza, de la arquitectura, de la escultura y de la pintura: son los instituyentes de las leyes y los fundadores de la sociedad civil. , y los inventores de las artes de la vida, y los maestros, que traen a cierta proximidad con lo bello y lo verdadero esa aprehensión parcial de las agencias del mundo invisible que se llama religión.”

El poeta a lo largo de la historia ha sido tanto legislador (creador de leyes) como profeta (mensajero religioso). Y debido a que los poetas trabajan con el lenguaje (a diferencia del escultor o el pintor, que trabajan en el medio visual), han alcanzado un mayor grado de fama que otros artistas. La poesía nos ayuda a resumir ideas complejas en párrafos que causan placer al repetirlos y fáciles de memorizar (piensa en los poemas Homéricos ->La Odisea y La Iliada). Estos poemas se recitaban y cantaban, repitiéndose por generaciones y creando las generaciones base de la cultura occidental.

Shelley también diferencia entre la narración y la poesía, argumentando: “Una historia de hechos particulares es como un espejo que oscurece y distorsiona lo que debería ser hermoso; la poesía es un espejo que embellece lo que está distorsionado”. La poesía refleja así el mundo, como un espejo, pero lo hace de una manera que vuelve bella la imagen distorsionada.

“La poesía levanta el velo de la belleza oculta del mundo y hace que los objetos familiares sean como si no lo fueran; reproduce todo lo que representa, y las personificaciones revestidas de su luz elísea permanecen desde entonces en la mente de quienes las han contemplado una vez, como memoriales de ese dulce y exaltado contenido que se extiende sobre todos los pensamientos y acciones con los que coexiste.”

Shelley dedica una buena parte a realizar un análisis crítico de cómo han sido los poetas en realidad la fuerza moral en aquellos momentos históricos oscuros.

“Pero excede toda imaginación concebir cuál habría sido la condición moral del mundo si ni Dante, Petrarca, Boccaccio, Chaucer, Shakespeare, Calderón, Lord Bacon, ni Milton, jamás hubieran existido; Si Raphael y Michaelangelo nunca hubieran nacido; si la poesía hebrea nunca hubiera sido traducida; si un renacimiento del estudio de la literatura griega nunca hubiera tenido lugar; si no se hubieran entregado monumentos de escultura antigua hasta nosotros; y si la poesía de la religión del mundo antiguo se hubiera extinguido junto con su creencia. La mente humana nunca podría, excepto por la intervención de estas excitaciones, haber sido despertada a la invención de las ciencias más groseras, y esa aplicación del razonamiento analítico a las aberraciones de la sociedad, que ahora se intenta exaltar sobre la expresión directa de la facultad inventiva y creativa misma”

En respuesta a Peacock, Shelley argumenta que el propósito del poeta es práctico y esencial, ya que la poesía “levanta el velo de la belleza oculta del mundo” y tiene un propósito moral. Shelley concluye su ensayo con las famosas palabras:

“Los poetas son los hierofantes de una inspiración inadvertida; los espejos de las gigantescas sombras que el futuro arroja sobre el presente; las palabras que expresan lo que no entienden; las trompetas que cantan para la batalla, y no sienten lo que inspiran; la influencia que no se mueve, sino que mueve. Los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo.”

Si los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo, ¿Cómo es que poco se valoran las ciencias sociales en México y América Latina en general? En los últimos años (más de una década en realidad) se da más énfasis en lo educativo a STEM (Ciencia, Tecnologia, Ingeniería y Matemáticas) cuando se le debería de dar el mismo peso a las Humanidades. Mejor dicho, uno (la Poesia) lleva al otro (las ciencias).

Habría que comenzar educándonos y educando a más Poetas. Comencemos con el buen Shelley.

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